El hidrógeno como base de un desarrollo que permite el barrido de CO2 en su origen por Martin Prieto Greenpeace

Un método innovador que puede generar hidrógeno para eliminar las emisiones directas de CO2 en el lugar de origen, es el más reciente desarrollo de un equipo internacional de científicos para poner freno al cambio climático. Un avance clave en la senda de la transición hacia una economía basada en el hidrógeno verde y en ardua lucha por alcanzar la neutralidad de carbono en todo el mundo.

El nuevo proceso que permite el barrido de dióxido de carbono allí donde es originado, se basa en una reacción química que emplea bioetanol de origen sostenible. Un elemento primordial que es obtenido a partir de agua y desechos agrícolas. 

La reacción que hace posible este “milagro ambiental” se realiza a 270°C, utilizando un innovador catalizador bimetálico creado por el mismo equipo científico responsable del logro .

Este enfoque innovador hace posible la reducción considerable del consumo energético si se lo compara con los métodos convencionales , que suelen funcionar a una temperatura que ronda entre los 400°C y 600°C, y que, además, producen enormes cantidades de dióxido de carbono como subproducto.

La producción de ácido acético e hidrógeno como co-producto

El proceso desarrollado por el equipo internacional de investigación, ha logrado co-producir ácido acético en lugar de dióxido de carbono. El ácido acético , un compuesto orgánico que posee un gran valor industrial, es utilizado en todo el mundo, para la conservación de alimentos, en una amplia gama de productos de limpieza para el hogar ,en fabricación industrial y en la industria farmacéutica. Se estima que su consumo global anual supera las 15 millones de toneladas.

Los científicos, miembros de la Universidad de Cardiff y de la Universidad de Pekín, sostienen que este logro o avance notable supone un gran impulso para lograr la desfosilización de la industria química. Esto es posible dado que hace posible el reemplazo de las materias primas obtenidas a partir de combustibles fósiles por fuentes alternativas de carbono procedentes de la biomasa. Esto propicia un modelo de economía circular, en el que es posible generar hidrógeno y productos químicos de alto valor partiendo de recursos renovables.

El Dr Graham Hutchings, Profesor honorario de Química en la Universidad de Cardiff, destacó que poder encontrar o desarrollar nuevos métodos sostenibles de fabricación de productos esenciales para la vida cotidiana es uno de los principales desafíos para la industria química, especialmente en la senda para lograr el hacia el objetivos de cero emisiones netas de carbono para el 2030, una meta impulsada por la ONU a todos los países del mundo. 

Un cambio radical en el método de producción a nivel mundial de hidrógeno

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en la actualidad, alrededor del 96% de la producción global de hidrógeno depende de forma inseparable de los combustibles fósiles. Esta actividad es causa de generación de entre 9 y 12 toneladas de CO2 por cada tonelada de hidrógeno que es obtenida. Esta realidad es la que baja de modo significativo los beneficios ambientales que pueden ser obtenidos a partir del uso del hidrógeno como fuente de energía limpia.

El nuevo método que ha sido desarrollado por el equipo de científicos, implica un cambio radical en la generación de hidrógeno dado que se obtiene con emisiones neutras de carbono, al tiempo que hace posible la viabilidad económica del proceso gracias a que permite la producción simultánea de ácido acético. Esta tecnología podría convertirse en un futuro cercano, en una alternativa viable de bajo nivel de carbono para sectores que se dedican a la fabricación de fibras de acetato y para los intermediarios del sector farmacéutico.

El descubrimiento de este nuevo procedimiento es el fruto de más de una década de investigaciones de forma conjunta sobre catalizadores de metal-carburo . El profesor Dr Ding Ma, miembro del equipo científico de la Universidad de Pekín, resaltó que esta tecnología posee el potencial de cumplir con un rol clave en el avance de la economía del hidrógeno verde y en el apoyo a la consecución de los objetivos globales para alcanzar la neutralidad de carbono. Una meta que el planeta se ha fijado poder concretar de cara al 2030.

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