Argentina, estrena en la provincia de La Rioja su primera planta de pellets producidos a partir de residuos olivícolas, El destino de los biocombustibles elaborados es ser utilizados para la calefacción de industrias y hogares. La inversión global del proyecto se remontó a los $80 millones de pesos.
Argentina celebra cada iniciativa que apunta a transformar la matriz energética nacional con desarrollos de energías renovables. Un giro necesario y urgente para que el país entre de lleno en el siglo XXI y pueda sostener todos sus proyectos productivos de un modo sustentable. En esta línea, partiendo de la sostenibilidad como eje y con una inversión de ochenta millones de pesos, la empresa Valle de la Puerta instaló su propia planta productiva para producir biocombustible a partir de residuos olivícolas para calefacción doméstica e industrial.
La producción de este biocombustible y el plan para su uso estratégico han despertado gran interés no sólo a nivel local, sino también nacional e internacional, debido a que el vecino país de Chile ha nombrado a una comisión para estudiar la propuesta “in situ” y reproducirla en su territorio.
Los proyectos de biocombustibles como fuente de energía están ganando terreno tanto a nivel nacional como global. En Argentina, que recién se incorporó a este mercado en la última década, la importancia de la demanda ha crecido por ser una fuente de energía renovable y una alternativa excelente a otras fuentes fósiles como el gasoil, el gas propano, el gas natural y el carbón mineral
Con esta tendencia de corte ecológico, se construyó y puso en funcionamiento la primera planta de pellets de Argentina en el corazón del Valle de Famatina, en la provincia de La Rioja, que es alimentada con residuos olivícolas para la producción de biocombustibles.
Convertir los residuos en insumos para la producción
“En la producción de biocombustibles se pueden eliminar aproximadamente cinco millones de kilogramos de residuos, que se generan como residuos tras la poda estacional de los olivares. Esta iniciativa nos llena de orgullo y esperamos que con nuestro trabajo y ejemplo podamos contribuir a la necesaria transición hacia las energías renovables que nuestro país necesita”, afirmó Julián Clusellas, director general de la instalación de Valle de la Puerta, que produce una media de casi mil cuatrocientas toneladas de aceite de oliva al año.
Además, la fábrica está equipada con máquinas de producción nacional, de las cuales sólo el 2% procede del extranjero.
Los pellets producidos en fábrica funcionan como combustible natural y tienen un poder calorífico muy alto, ideal para aquellas zonas y ciudades donde no se dispone de gas natural.
Los pellets destacan por su bajo coste: son hasta un 60 por ciento más baratos que el valor actual del gas envasado que llega al consumidor.
Además de la ventaja de ser más económico, el biocombustible resultante, entre otras cosas, es un producto que favorece la sostenibilidad, ya que se obtiene a partir del aserrín de madera comprimido, evitando así la deforestación y la tala de árboles para este fin.
“Antes de arrancar con el proyecto, la compañía se puso en contactó con INTI en Tucumán para obtener un asesoramiento técnico de calidad acerca del desarrollo del proceso, la maquinaria necesaria y los proveedores confiables para lograr una certificación de la calidad de los residuos olivícolas para su posterior proceso de selección”, explicó Martín Rearte, Director del Departamento de Energías Renovables del INTI. “Además, se han evaluado y estudiado diferentes tipos de aditivos para obtener un producto seguro y confiable y así poder lograr la anhelada Certificación de Biocombustible a nivel nacional”, enfatizó.
Alianzas estratégicas para promover el crecimiento económico
La estrategia de la empresa para ganar participación en el mercado local, destacó Clusellas, fue trabajar de manera responsable con el INTI y las empresas metalmecánicas en la producción de estufas que utilizaran pellets como insumo.
“La empresa también ha dedicado tiempo a construir alianzas estratégicas con organismos nacionales y provinciales para utilizar este nuevo tipo de calefacción en hogares e industria en sustitución del uso de aparatos a gas licuado derivado del petróleo” explicó Clusellas . La empresa también firmó un acuerdo para exportar el producto a Chile, donde actualmente la leña está parcialmente prohibida.
“Si la tecnología es un aliado estratégico, no hay techo para el alcance de los biocombustibles en la Argentina. Nuestro objetivo es ser un ejemplo para incentivar a otros empresarios, tanto fruticultores como olivicultores, a seguir nuestros pasos y planificar una Argentina con un futuro sustentable”, afirmó Clusellas.