Un equipo de investigadores de la Universidad de Idaho lidera el segmento de innovación en Bioeconomía. Hoy su desafío es la transformación de desechos orgánicos de animales en bioplásticos y fertilizantes para cultivos.
La Universidad de Idaho está a la vanguardia de una investigación que puede convertir los desechos animales, un verdadero problema para los ganaderos de hoy, en un producto rentable.
El equipo de investigación, respaldado por una subvención de 10 millones de dólares aportada por la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos para Sistemas Agrícolas Sostenibles (USDA), tiene como objetivo convertir el estiércol y las aguas residuales en productos utilizables.
Más de 20 profesores y estudiantes de posgrado participan en el trabajo sobre diversos ejes temáticos que constituyen la base de la investigación, que comenzó en septiembre de 2019. El proyecto, que inicialmente se centró en el uso agrícola del estiércol, su impacto en el suelo y la absorción de nutrientes por los cultivos, ahora se está ampliando al campo de la economía . Este nuevo enfoque busca convertir el estiércol en bioplástico renovable , así como también separarlo en sus componentes ricos en nutrientes para ser utilizado como fertilizante de los cultivos.
“Queremos poner en práctica una sustentabilidad del 100% en la gestión de las granjas agrícolas del estado de Idaho y de toda América. Los desechos como el estiércol poseen cualidades únicas, como abono , como fertilizantes de la tierra y de los cultivos. No podemos desaprovechar estas cualidades únicas sea agradable o no, el material orgánico del cual provengan” subrayó Peter Cornwell, investigador de la Universidad de Idaho.
Diseñar y comercializar tecnología de vanguardia
Un tercer proyecto, liderado por otro equipo de científicos de la Universidad de Idaho, está enfocado en estudiar la viabilidad de comercializar tecnología de vanguardia que utiliza luz ultravioleta y hierro, para esterilizar el agua de los productos lácteos y captura el nitrógeno, fósforo, potasio y biocarbón para aplicarlo en cultivos .
Las preguntas clave son: ¿Cómo se puede lograr esto ? ¿Aceptarán los consumidores productos elaborados con estiércol de vaca? ¿La producción sería rentable y cómo se construirían las cadenas de suministro?
El agrónomo y economista Patrick Hatzenbuehler explica al respecto “Estamos buscando formas de utilizar mejor los recursos de las granjas lecheras para aumentar los ingresos de los agricultores, reducir los costes y mejorar el medio ambiente local”
La meta : un cambio de mentalidad en los consumidores
El estudio también hará una evaluación de la disposición de los consumidores a pagar por plásticos provenientes de residuos lácteos o estiércol. Hernán Tejeda, otro economista agrícola de la Universidad de Idaho, se mostró optimista: “Podemos ofrecer bioplásticos a un precio competitivo en el mercado, con la ventaja de poder certificar que provienen de fuentes renovables. Ciertamente, el desafío más fuerte es intentar cambiar la mentalidad de los consumidores que pueden mostrarse reacios a aceptar productos provenientes de materiales tan poco agradables como son los desechos de establos que contienen estiércol”
“Se han realizado estudios piloto sobre el uso de bioplásticos como sustitutos del mantillo en la agricultura, y esta podría ser una aplicación importante, rentable y muy efectiva” indicó Mark McGuire, quien dirige una fase de la investigación y es decano asociado de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida y director de la Estación Experimental Agrícola del Estado de Idaho.
“Gracias a que la Universidad obtuvo el apoyo local y por ello una importante subvención estatal para la financiación de etapas muy importantes del proyecto, se han podido diseñar campañas y varias estrategias de comercialización y marketing, para lanzar al mercado los fertilizantes en base a bioplásticos . Queremos lograr una viabilidad económica y una promoción social de la gente de Idaho a partir de bioplásticos “,agregó McGuire.
Innovar en tecnologías
Se espera que el centro de investigación láctea dirigido por la Universidad de Illinois, cuyo inicio de operaciones está previsto para 2024, realice más investigaciones a lo largo de los 3 años restantes en los que estará vigente la subvención.
Rick Naerebout, director ejecutivo de la Asociación de Ganaderos de Idaho, reconoció la necesidad de desarrollar nuevas tecnologías para reciclar estiércol e invirtió 250.000 dólares en investigaciones en torno a los bioplásticos en la Universidad de Idaho. “En la actualidad , estamos depositando en los suelos y cultivos de los establecimientos agrícolas locales, todos estos ricos nutrientes. Ahora necesitamos distribuirlos fuera de las granjas lecheras, que lleguen a todos los cultivos del país”, dijo Naerebout. “Por eso estamos explorando nuevas ideas para expandirnos, generar mayores ingresos y con ello, aumentar la calidad de vida de los agricultores”.