Un nuevo paradigma se despliega para crear una economía en donde el eje sea la transformación creativa de los recursos biológicos gracias a la luz solar. Un escenario que se abre a infinitas posibilidades, en donde todo está por ser hecho, una vez más.
El punto de origen de una economía cuya base radica en la transformación de recursos biológicos, es la creación sustentable de materia (biomasa vegetal) partiendo de la luz solar y del proceso de fotosíntesis, que solo las plantas pueden realizar. La fotosíntesis es un proceso que permite que las plantas absorban y almacenen una parte de la energía del sol que llega a la tierra. Un proceso en donde las células vegetales pueden, gracias a la radiación solar, formar sustancias orgánicas de gran variedad a partir de elementos minerales simples, del agua y del dióxido de carbono presente en el aire.
En este proceso químico de transformación de la materia orgánica, se generan además , otros subproductos que no tienen valor para ser utilizados en la cadena nutritiva o no sirven para la producción de productos de mercado, pero que pueden ser utilizados como combustible en diferentes aprovechamientos de tipo energético.
Desde un lado más específico, la ecuación química de la fotosíntesis refleja cómo opera el mecanismo y lo expresa de forma simplificada : (6 H2O +6 CO2 + Luz Solar + Nutrientes = C6H12O6+ 6 O2)
Es decir, que por cada seis moléculas de Co2, con la luz solar , la planta produce una molécula orgánica (en el ejemplo, azúcar o glucosa) para su consumo de energía y su estructura, y seis moléculas de oxígeno gas.
Si luego se quema esa biomasa para generar energía (por la propia planta, o en el metabolismo de un herbívoro que se alimenta de ella, o en un motor o caldera) , la ecuación de la combustión quedaría de las siguiente forma, lo que sería a la inversa del esquem anterior, lo que demuestra el balance neutro del uso energético de la biomasa: (C6H12O6 + 6O2 +6H2O+ 6CO2 + Energía + Cenizas) .La sostenibilidad del uso de la biomasa se desprenderá entonces de su propia producción ( quema, uso de fertilizantes etc.), de su transporte y de la reutilización de sus cenizas.
Biomasa es igual a sostenibilidad
Toda sustancia orgánica, para ser considerada como biomasa, debe cumplir la condición de ser generada de forma sostenible. Esto quiere decir, que debe ser utilizada por debajo de su tasa de renovación ( la cantidad producida por unidad de tiempo). Esta definición de biomasa, por ende, no incluye a productos como los combustibles fósiles que sí poseen un primer origen en los compuestos formados en el proceso de fotosíntesis, pero que se usan muy por encima de su tasa de renovación (el carbón y el petróleo son restos fósiles de árboles y plantas que tardaron millones de años en formarse).
Aquí, ya podemos incluir en el escenario el término de bioeconomía. Este término expresa un nuevo camino o paradigma de la ciencia económica y es un concepto del todo novedoso para el hombre actual. Sin embargo, el cultivo de biomasa para la obtención de energía, alimentos y materiales ha sido una de las principales actividades del hombre a lo largo de la historia. Con los productos de las plantas ,los hombres han podido obtener diferentes alimentos; producir la energía necesaria para poder cocinarlos, para calefaccionarse o defenderse de ataques de animales u otros hombres ; y también, para obtener materiales que fueran aptos para permitían construir sus refugios, viviendas y armas.
De hecho, la gran importancia que ha tenido en la historia y aún tiene el cultivo de plantas hizo que sin dudas, este haya sido uno de los campos principales de investigación e interés para el hombre a lo largo de todos los tiempos. La historia ha detallado cómo el hombre ha pasado de las actividades manuales a la mecánica, luego a la hidráulica, más tarde a la hidrostática y la electrónica y por último a la robotización. Todos estos términos, hoy son muy comunes y se encuentran incorporados en la maquinaria que se usa para el cultivo de plantas y que en nada se asemeja a los métodos de producción utilizados años atrás. Hoy se emplean máquinas seguras y confortables que poseen gran capacidad de trabajo y han dejado atrás para siempre, la ardua y fatigosa tarea de las actividades rurales manuales.
La producción de estas herramientas, es hoy una parte esencial del nuevo paradigma de la bioeconomía. Y sin ellas, en la actualidad, sería imposible para los hombres poder abastecer del flujo de biomasa que es necesario para realizar las consiguientes transformaciones en productos de mayor valor. En los próximos dossiers iremos profundizando en todos aspectos en los que se abre el paradigma de la bioeconomía y sus múltiples aportes y beneficios.