Investigadoras argentinas lograron crear pilas recargables a partir de los desechos de yerba mate. Un desarrollo innovador que puede almacenar energía a la vez que cumple con el requisito clave de ser una alternativa no contaminante y 100% ecológica.
Los desechos orgánicos de la yerba mate que provienen de los hogares, gracias a un estudio innovador desarrollado por científicas argentinas, ahora pueden ser transformados en dispositivos o supercapacitores, aptos para almacenar energía. Luego de una serie de experimentos con resultado exitoso, el propósito es lograr , en el mediano plazo, su producción industrial a gran escala.
Un equipo de científicas de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicen) se encuentra abocado a un proyecto innovador : el desarrollo de baterías recargables a partir de residuos de yerba mate usados. En la actualidad, las personas suelen deshacerse de la yerba usada de modo simple: echándola al tacho de basura, en el suelo para que la absorba la tierra y las plantas o los más ecológicos, proceden a compostarla. Pero, la yerba mate como muchos de los residuos orgánicos comunes provenientes de los hogares, pueden ser utilizados de forma innovadora y revolucionaria como lo demuestra este equipo de investigadoras que descubrieron la capacidad de la yerba mate para almacenar energía.
Los ensayos y las diferentes pruebas de evaluación fueron realizadas con gran éxito en España durante los meses de abril y junio de 2023, gracias a una beca otorgada por la Fundación Carolina y el Ministerio de Educación. Dado el alto grado de éxito obtenido, ahora, la próxima meta es lograr su producción industrial a gran escala y crear una estrategia de marketing adecuada para dar visibilidad al producto y ayudar en su difusión y consiguiente demanda en el mercado nacional.
Florencia Jerez, quien es ingeniera de la Unicen y líder del proyecto en el marco de su tesis doctoral iniciada en 2018, explica : “El enfoque era experimentar hasta encontrar materiales nuevos y aptos para el almacenamiento de energía y, durante el curso de la investigación surgió la idea de aprovechar los residuos vegetales más básicos de la región para producir carbones activados. Después de investigar cuales eran las opciones más abundantes, se llegó a la evaluación de la yerba mate, un material poco explorado para otros fines, pero que en este contexto nos resultó muy interesante de explorar” indicó Florencia.
Descubriendo el potencial energético de los residuos de yerba mate
Aunque popularmente se les conoce como «pilas», en realidad se trata de un elemento que recibe el nombre técnico de supercapacitor. Estas “pilas” o elementos son aptos para el almacenamiento de energía y permiten una rápida carga y descarga de energía. En la actualidad, son utilizados en dispositivos que necesitan de un arranque potente, como son los teléfonos móviles, computadoras e incluso automóviles eléctricos.
Lo innovador del proyecto de desarrollo de las nuevas “pilas” es que estas científicas están evaluando también las posibilidades de muchos otros residuos vegetales como el rastrojo de trigo y maíz, los restos de la industria medicinal del Cannabis, el bagazo de la industria cervecera, el alperujo (un subproducto de la extracción de aceite de oliva) y la poda de olivo, en lugar de emplear el carbón activado obtenido de la quema de maderas o de árboles de tala. Este enfoque es 100% ecológico y cumple una función de reciclaje vital además de evitar la necesidad de nuevas plantaciones para el desarrollo de la producción.
El equipo de investigación, que ya ha finalizado con la etapa de laboratorio y obtenido resultados ampliamente satisfactorios, en la actualidad, se encuentra abocado a la búsqueda de financiamiento para llevar adelante la siguiente etapa: la producción a escala piloto. El objetivo final es disminuir la dependencia de carbones activados importados y en su defecto, aprovechar los residuos orgánicos abundantes del país, generando así nuevas fuentes de empleo y conocimiento local mientras se disminuye el impacto medioambiental.
Este gran avance no solo logra impulsar la tecnología para el almacenamiento de energía, sino que también promueve la gestión sostenible de los residuos orgánicos y está alineado con el concepto de “economía circular”. Argentina, como principal exportador y productor de yerba mate del mundo, busca así dar un uso innovador a sus recursos naturales y contribuir con ello al desarrollo tecnológico y ambiental del país.