La Unión Europea (UE) muestra grandes fallas para liderar con éxito el cumplimiento de uno de los objetivos claves en la lucha contra el cambio climático : la descarbonización del transporte.
La reciente introducción de un conjunto de nuevas disposiciones regulatorias en la Unión Europea para impulsar la sostenibilidad en los sectores del transporte marítimo y la aviación , ha prohibido el uso de biocombustibles con base en cultivos por estrictas razones de sostenibilidad. Sin embargo, estos mismos biocombustibles fueron reconocidos como aptos y viables por la Comisión Europea, como el principal recurso para impulsar la descarbonización del transporte terrestre .
Este enfrentamiento de enfoques, que tiene como eje principal la sostenibilidad de los biocombustibles en la legislación de la UE, ha generado una ola de críticas y gran malestar en el ámbito del sector del transporte por tierra, el principal afectado por la situación.
Un informe comisionado por la Comisión Europea, para la evaluación en relación al logro de los objetivos en materia de sostenibilidad ambiental durante 2023, indicó que el consumo de bioetanol y biodiesel se disparó desde 2016, ubicando a la bioenergía como la protagonista central del escenario tendiente a lograr la descarbonización del sector del transporte terrestre en la Unión Europea.
Sin embargo, a pesar de que la normativa legal de la UE fomenta el uso de biocombustibles en reemplazo del diésel y la gasolina en vehículos de carretera, tanto el bioetanol como el biodiesel , son considerados similares a los combustibles de tipo fósil en la actual legislación que regula el uso de los combustibles en el sector marítimo y en el de la aviación.
Revisiones en la ley vigente en la UE
A pesar de fuertes campañas realizadas por ONGs de gran trayectoria y peso en materia ambiental, la variedad de cultivos que figuran como aptos para la elaboración de biocombustibles con base en cultivos sigue sin tener modificaciones. Al presente, solo el aceite de palma ha sido evaluado y seleccionado para ser eliminado como fuente de combustible apta para el 2030. Previo al momento de la revisión por parte de la Directiva de Energías Renovables, las ONGs presentes ,realizaron una fuerte campaña para incluir la soja en la nómina de cultivos que deben ser restringidos con urgencia, con el argumento que promueve a la deforestación en Latinoamérica.
Sin embargo, el umbral fijado para considerar que un cultivo contribuye abiertamente al impulso de la deforestación en los países extranjeros , no se ha disminuído, lo que en la práctica significa, que la soja sigue por debajo de los niveles necesarios para que la industria de biocombustibles proceda a descartarla.
Las controversias de una legislación
La aprobación dada por la Unión Europea para la habilitación y el uso de biocombustibles con base en cultivos , entra en abierto conflicto con el enfoque que presenta la Comisión en ReFuelEU Aviation y FuelEU Maritime , dos regulaciones de vital importancia para aumentar la cantidad de combustibles denominados “verdes” en barcos y aviones .
En ambas normativas legales , se considera que los llamados biocombustibles avanzados, fabricados en base a materiales y residuos de desecho, así como los combustibles sintéticos basados en hidrógeno, son combustibles considerados como “verdes”.
Al justificar el rechazo de plano al uso de los biocombustibles en el sector de la aviación- cuya base sean cultivos alimentarios o forrajes , el texto central de ReFuelEU Aviation hace mención a «razones claras de sostenibilidad», precisando que más del 99% de los combustibles utilizados hoy día en la aviación, poseen origen de tipo fósil, lo que significa que hay poca demanda de biocombustibles basados en cultivos actualmente. «Por este motivo, se cree adecuado evitar la creación de una alta demanda de biocombustibles con base en forrajes y cultivos alimentarios promoviendo su uso bajo la actual normativa», se indica en la legislación.
Un reclamo aún sin respuesta
La regulación FuelEU Maritime hace mención a los mismos argumentos que su contraparte- el sector de la aviación-, para justificarla no utilización de biocombustibles con base en cultivos, sosteniendo de modo contundente que también es una preocupación la actual competencia que se ha establecido con el transporte por carretera.
Por consiguiente , queda en total evidencia el reclamo principal que manifiestan las ONGs ambientales que resaltan que las diferentes leyes vigentes en la UE «no tratan a los biocombustibles de una manera consistente». Un esquema legal que deja mucho para pensar y reflexionar acerca del rumbo que está tomando la Unión Europea en materia de sostenibilidad ambiental.