Las granjas agrícolas son en la actualidad, las grandes protagonistas de una revolucionaria transformación que consiste en que los desechos orgánicos que producen en sus procesos productivos se transformen en fertilizantes para cultivos y bioplásticos.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Idaho, en Estados Unidos lidera el segmento relacionado con la innovación en materia de bioeconomía.Hoy, tiene en manos un desafío que promete hacer historia, y es la transformación de los desechos orgánicos de los animales de las granjas agrícolas en bioplásticos y fertilizantes para cultivos.
La Universidad de Idaho se ubica a la vanguardia de la innovación gracias a una investigación que está orientada a convertir los desechos animales, un verdadero problema para la actividad ganadera actual, en un producto rentable.
El prestigioso equipo de investigación,es respaldado por una importante subvención que alcanza los 10 millones de dólares ,fondos que han sido aportados por la Secretaría de Agricultura para Sistemas Agrícolas Sostenibles de los Estados Unidos (USDA), y tiene como objetivo principal convertir el estiércol y las aguas residuales en productos aptos para ser comercializados en el mercado.
Una investigación con un enfoque dinámico y revolucionario
Unos 20 profesores y estudiantes de posgrado de la Universidad de Idaho participaron en el desarrollo de las líneas principales del trabajo que se basaron en diversos ejes temáticos. La investigación que arrancó en el 2019 , inicialmente estuvo centrada en el uso agrícola del estiércol, su impacto en los suelos y la absorción de sus nutrientes por los distintos cultivos. En la actualidad, un nuevo enfoque de investigación busca convertir el estiércol en bioplástico renovable , así como también separarlo en sus componentes más ricos en nutrientes para utilizarlos como fertilizante en diferentes tipos de cultivos.
“Queremos llevar la producción en las granjas agrícolas a una sustentabilidad del 100%. El modelo que estamos ideando promete revolucionar la gestión de los establecimientos agrícolas de Idaho y de toda Norteamérica . Sabemos que los desechos animales de las granjas como el estiércol poseen cualidades nutritivas únicas para los suelos, por ello, estamos estudiando cómo lograr el mejor sistema para transformarlo en abono y fertilizar de modo integral la tierra y de los cultivos. No podemos desaprovechar las excelentes cualidades de este material orgánico a las que en la actualidad no se les está dando el uso apropiado, desperdiciando así todo su potencial ” destacó Peter Cornwell, profesor de la Universidad de Idaho.
Otro proyecto paralelo , también liderado por un equipo de científicos de la Universidad de Idaho, tiene como meta estudiar la viabilidad de una innovadora tecnología de vanguardia que emplea luz ultravioleta y hierro, para la esterilización del agua de los productos lácteos y además, puede capturar el nitrógeno,el fósforo, el potasio y el biocarbón para aplicarlos en distintos tipos de cultivos .
La meta es la sustentabilidad ambiental
El estudio también hará una encuesta para evaluar la disposición de los consumidores a pagar por este tipo de productos. Hernán Tejeda, economista agrícola de la Universidad de Idaho, se mostró muy optimista al respecto: “Podemos ofrecer en el mercado nuevos bioplásticos a un precio competitivo con la ventaja de poder certificar que provienen de fuentes 100% renovables. Ciertamente, el desafío más fuerte en la actualidad , es cambiar la mentalidad de consumidores que mostrar reticencias para aceptar este tipo de productos provenientes de materiales tan poco agradables como son los desechos de establos y granjas que contienen estiércol”
“Se han realizado nuevos estudios de tipo piloto sobre la aplicación de bioplásticos como sustitutos del mantillo en agricultura. Este uso podría significar un despegue para este tipo de elementos, un uso efectivo y muy rentable ” explicó Mark McGuire, decano de la Facultad de Agricultura y director de la Estación Experimental Agrícola del Estado de Idaho.
“Gracias a que nuestra Universidad obtuvo el apoyo local de todo el sector agrario, pudo obtener una importante subvención del Estado que ha sido vital para financiar cada una de las etapas del proyecto. Gracias a estos fondos, se han podido diseñar campañas y estrategias de comercialización y marketing para lanzar en el corto plazo al mercado los fertilizantes basados en bioplásticos . Con este proyecto, queremos conseguir una viabilidad económica y la promoción social de las personas de Idaho , que pueden con estas innovadoras iniciativas , obtener recursos extras en sus establecimientos y granjas”,cerró McGuire.