Se trata del “Laboratorio de Energías Renovables Autosustentable con generación de Hidrógeno Verde”. El sistema posee un aerogenerador y un conjunto de paneles solares capaces de generar electricidad gracias a las largas jornadas diurnas de la Antártida durante los meses de verano y a los vientos intensos que soplan durante todo el año. Una iniciativa audaz y sostenible desarrollada en conjunto, por el Ejército y una empresa privada.
La Antártida comienza a transitar una nueva etapa en relación a su abastecimiento energético en clara sintonía con el cuidado del medio ambiente. La iniciativa se trata de un módulo experimental desarrollado y diseñado por expertos e investigadores argentinos para la producción de hidrógeno “verde”. El equipo que fue instalado este verano en la Base Esperanza, ubicada en el extremo norte de la Península Antártica, será el encargado de abastecer de energía eléctrica a un laboratorio científico que funciona en la Base y cuya misión, es comprobar las capacidades que posee esta tecnología innovadora -la del hidrógeno verde- para generar electricidad a partir de fuentes renovables y poder abastecer a todas las bases argentinas apostadas en el continente blanco.
Toda la energía eléctrica necesaria para el correcto funcionamiento y calefacción de las bases argentinas en la Antártida , en la actualidad , es producida mediante generadores que necesitan unos 100.000 litros de gasoil antártico cada uno. Este impresionante volumen de gasoil llega a cada base durante la temporada de verano y se utiliza durante todo el año. Si este módulo experimental para generar energía eléctrica a partir de hidrógeno verde comprueba su eficacia, podría convertirse en una herramienta clave para reducir los niveles de consumo de gasoil en las bases y también , minimizar los engorrosos y complicados traslados de este combustible que implica el uso de buques y aeronaves cada verano.
El laboratorio experimental que hará posible este logro y muchos otros, consiste en un sistema de vanguardia que incluye un aerogenerador y paneles solares fotovoltaicos que producen electricidad aprovechando la amplia disponibilidad de luz solar en la Antártida durante la temporada estival y los fuertes vientos que soplan durante todo el año. Esta energía limpia servirá para abastecer a un dispositivo de electrólisis de agua que dispara la producción de hidrógeno verde y que permite que luego, el remanente se utilice para abastecer de energía eléctrica al mismo laboratorio experimental. De este modo, el laboratorio se revela como autosuficiente ya que se alimenta y produce energía limpia.
Cómo es el proyecto para elaborar hidrógeno en la Antártida
El proyecto para obtener hidrógeno “verde” se desarrolla en el marco del Laboratorio de Energías Renovables Autosustentable con producción de Hidrógeno Verde, que está compuesto por un equipo interdisciplinario de técnicos, licenciados e ingenieros de la Dirección General de Investigación y Desarrollo del Ejército Argentino, del Comando Conjunto Antártico y de la empresa Dynterra, una entidad privada que donó el aerogenerador de eje vertical que está integrado al sistema renovable.
La iniciativa nació en el marco del Programa de Investigación y Desarrollo para la Defensa (Piddef) del Ministerio de Defensa como continuación de un desarrollo inicial que tenía como meta la construcción de un dispositivo de electrólisis para la generación de hidrógeno utilizando el excedente de recursos renovables disponibles.
La licenciada en Química, María José Lavorante, quien es la encargada de la parte del proyecto de vanguardia relacionada con la producción de hidrógeno verde que parte de la electrólisis del agua, augura grandes avances y logros en relación a este desarrollo. La experta se mostró muy entusiasmada con la apertura del laboratorio experimental y prevé que los resultados serán un parteaguas, no solo para las bases antárticas, sino para todo el campo científico e industrial que apuesta al desarrollo de hidrógeno verde.
De cara al futuro
La experta resaltó además, que este avance será crucial para el desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con la explotación del hidrógeno verde, un elemento con un potencial cuyo alcance aún no se ha llegado a vislumbrar plenamente. Pero lo cierto, es que los expertos en conservación ambiental celebran cada paso dado en esta dirección ya que se trata de una tecnología con una capacidad inaudita de mitigar el calentamiento global y que puede ser acoplada a las instalaciones ya existentes sin realizar grandes modificaciones e inversiones. Por ello, todo lo que sucede en la Antártida son buenas noticias para Argentina y el mundo y solo hay que esperar los resultados.