El equipo de impacto social y medioambiental de la agencia de valores Portocolom, nos brinda junto a Greenpeace, su mirada sobre el impacto climático y nos ayuda a reflexionar y entender el escenario global de emisiones. Un punto clave para decidirse a la acción y al cambio.
El mayor responsable del calentamiento del planeta debido a la generación de dióxido de carbono (CO2) en el mundo es, actualmente , la producción de calor y electricidad . En esta línea, en general, cuando pensamos en los porcentajes de participación en las emisiones generadas en el planeta de CO2, sectores cuestionados y controvertidos como el de la aviación y la agricultura, no se arriman ni de lejos, al porcentaje total de nuestro mayor problema actual que es la generación de calor y electricidad.
Según la agencia climática Climate Watch (2023) el esquema de emisiones se desglosa de la siguiente manera :
1- Electricidad y Calor : 5,27 t. (toneladas)
2-Transporte: 4,64 t
3-Edificios: 1,54 t
4-Manufactura y Construcción: 1,31 t
5-Emisiones fugitivas: 1,25 t
6-Agricultura: 1,14 t
7-Industria: 0,72 t
8-Residuos: 0,4 t
9-Aviación y Transporte Marítimo: 0,29 t
10- Cambios en el uso del suelo y forestación: -0,64
Según los datos de la plataforma científica Climate Watch, es evidente que los gobiernos deberían hoy concentrarse con ahínco en promover y reestructurar la forma en que se componen sus matrices energéticas, haciendo un viraje de fondo hacia fuentes de energía renovable .
Por ello, la perspectiva de nuestro equipo de expertos, sin generar estadísticas ni hacer foco sobre lo que cada país hace mal, es posible que la clave radique en analizar qué es lo que hacen bien los países que generan bajas emisiones. En esta línea, que resalta el punto de vista de la generación de energía con bajo coste de producción y con bajas emisiones de CO2, tenemos el ejemplo de países como Brasil. Este gigante suramericano realizó décadas atrás, inversiones en sistemas hidroeléctricos y promovió un gran cambio notable en la forma en que la genera.
La hidroeléctrica más grande de Brasil es la represa de ITAIPU, proyecto que surgió en el año 1975 en conjunto con Paraguay. Su óptimo desempeño es responsable del alto índice de generación de energía limpia y renovable, lo que evita consumir unos 550.000 barriles de petróleo e impide la emisión de 87 millones de toneladas de CO2 diariamente.
La energía nuclear
Actualmente, la energía nuclear no está bien vista por parte de la sociedad y de los gobiernos, debido a lo acontecido en Japón con el desastre causado tras el Tsunami en Fukushima. Por otro lado,existen grandes y acaloradas discusiones sobre si la energía nuclear puede ser considerada limpia o no. Es importante resaltar que entre los años 2022 y 2024, la Eurozona entendió que la energía nuclear sería calificada como una fuente limpia. Esto permitió que varios países miembros de la UE pensaran en realizar importantes inversiones en esta dirección. Este movimiento se acentuó luego de iniciarse la guerra entre Rusia-Ucrania ya que hizo que Europa se diera cuenta de que al estar las fuentes de energía rusas atrapadas, se afectaba severamente la distribución de gas en los países miembros. Por ello, la perspectiva geopolítica fue una gran lección para los países de la UE, que cayeron en la cuenta de que es en extremo peligroso depender de otras naciones para obtener un suministro mínimo.
Las conclusiones del equipo de Portocolom
En resumen, cada fuente de energía posee a la vez sus fortalezas y debilidades. En el caso de la hidroeléctrica, tras su implementación se ha convertido en una fuente económica y duradera, pero requiere contar con mucho espacio para el almacenamiento de agua y una gran inversión inicial.
Si tomamos la energía nuclear, vemos que puede ocupar menos terreno y puede gestionarse de una manera más descentralizada y en general, con relativamente poco mantenimiento. En la actualidad, es posible construir plantas seguras y eficientes que permitan producir la energía necesaria para abastecer a todo un país. Francia es un gran ejemplo de ello, al generar alrededor de un 70% de su energía mediante sus plantas nucleares.
Es clave señalar que los gobiernos centrales, sobre todo los que más contribuyen con la generación de emisiones de CO2, deberán desarrollar grandes proyectos para llevar a cabo su abastecimiento energético en base a energía limpia en los próximos siglos. El problema radica en que proyectos como estos, son procesos que tardan entre 10 y 20 años en ser finalizados. Pero a pesar de ello, estamos obligados a encararlos y tenemos que pensar a largo plazo. Ahora es el tiempo de actuar y los gobiernos deben planear y perseguir el cambio de su matriz de generación de energía para reducir, efectivamente y de modo veloz, las emisiones de CO2 que generan en sus territorios nacionales.