Expertos en energías renovables analizan con seriedad la viabilidad de una idea revolucionaria y audaz: cubrir con paneles solares a modo de techo las carreteras del mundo para minimizar las emisiones de carbono y además, poder abastecer a las ciudades y localidades cercanas con energía renovable.
¿Qué sucedería si pusiéramos un techo recubierto con paneles solares en las carreteras de todo el planeta? Esta idea revolucionaria conocida como “las nuevas carreteras solares” podrían ser posibles de construir y traería grandes beneficios tales como desprenderse de hasta casi dos tercios de la energía hasta hoy obtenida con combustibles fósiles.
Este hecho podría, a primera vista, parecer poco relevante, pero en realidad tiene sus complejidades . En las ciudades no se cuenta con el espacio suficiente para colocar la cantidad de paneles que se necesitan para abastecer las necesidades energéticas de una gran urbe. Por ello, la alternativa ideada por expertos sería instalar los paneles en zonas neutras como por ejemplo, colocar paneles solares fotovoltaicos a lo largo de los 3,2 millones de kilómetros de autopistas que posee el planeta y con ello, poder abastecer de energía renovable a las ciudades y localidades aledañas.
En las ciudades no se cuenta con el espacio suficiente para colocar la cantidad de paneles que se necesitan para abastecer las necesidades energéticas de una gran urbe. Por ello, la alternativa ideada por expertos sería instalar los paneles en zonas neutras como por ejemplo, colocar paneles solares fotovoltaicos a lo largo de los 3,2 millones de kilómetros de autopistas que tiene el planeta e idear un sistema de transporte de la energía generada a las ciudades.
Estas ‘nuevas carreteras solares’ serían una solución eficaz a los problemas de la falta de espacio físico en las ciudades, permitiendo llevar a otro nivel de eficiencia el uso de la energía solar, sin necesidad de estropear zonas naturales o verdes en las cercanías de las urbes para instalar grandes equipos de paneles solares. Por otro lado, este pasaje implicaría tener el potencial de generar cuatro veces la producción de energía de Estados Unidos cada año, y podría compensar cerca del 29% de las emisiones de carbono que se emiten hoy día.
Los retos y obstáculos por superar
“En la actualidad, existen proyectos piloto de techos solares fotovoltaicos para ser colocados sobre las carreteras” afirma el Ingeniero Ling Yao, experto de teledetección de la Academia China y uno de los principales mentores de la idea innovadora de “las carreteras solares”. Pero a la vez, resalta que estos nos son a escala mega, como los que su equipo tiene en mente construir.
Los obstáculos comienzan a la hora del coste que supone no solo instalar los paneles -y la estructura para que se integren como un techo unificado sobre los carriles de las carreteras-, sino el costo de enviar la energía a otras partes, en este caso a las grandes urbes. Una cantidad a la que habría que sumar el dinero para mantener las placas o limpiarlas.
Acciones para el cambio
En concreto, para realizar este tipo de instalaciones solares a una mega escala hace falta una gran coordinación entre los países, además de una firme decisión de apostar de lleno por la energía solar. De cara a que esto se pueda ver en un futuro, Liang Yao y su equipo señalan cuatro recomendaciones clave:
Lo primero que sugieren es que, en efecto, deben ser resueltas todas las posibles complejidades técnicas que pudieran devenir producto de la interacción entre los vehículos y las placas. En segundo lugar, se debería “reducir la dependencia de los escasos recursos hídricos para la limpieza de paneles en las zonas áridas”. La tercera medida a tomar sería la de crear conexiones seguras entre la energía fotovoltaica de la autopista y la red para entregar la energía a los consumidores finales de las megaciudades del futuro. La cuarta recomendación resalta las mejoras de las técnicas de previsión y despacho para robustecer la capacidad de la red para acomodar la energía intermitente del sistema solar fotovoltaico de la carretera”.
En el plano económico, los expertos consideran que se deberían poder establecer mecanismos de mercado – razonables- para monetizar los beneficios colaterales de la generación de energía fotovoltaica para las carreteras . También, se debería generar un sistema de recompensas a los inversores, fomentando con ello, la disposición a invertir de toda la comunidad, mientras que la energía fotovoltaica de las carreteras del futuro deberían ser programadas junto al uso de la energía que se emplea en la construcción de la misma para minimizar los costos de instalación iniciales”. No en vano, se espera cumplir la meta en 2050, y poder contar con carreteras entre un 16 y un 25% más extensas a lo largo de todo el Planeta.