Bélgica tendrá una isla artificial para su autoabastecimiento energético

La isla artificial tendrá 45 km y se extenderá sobre la franja costera del país. Su capacidad de generación eléctrica podrá abastecer a más de 3 millones de hogares en Bélgica y en un paso posterior, el suministro abarcará a otros países de Europa. 

Bélgica le saca años de ventaja a muchos países del mundo en su camino de reconversión energética hacia fuentes de energía limpia. De hecho, actualmente se encuentra abocada a la construcción de una isla artificial, que tendrá unos 45 km de largo, para lograr la meta de su autoabastecimiento energético en base a fuentes limpias.Un hito que Bélgica atesora y está dispuesta a cumplimentar en 2027 cuando finalice la construcción de este megaproyecto y el país pueda dejar definitivamente atrás, sus actuales -y principales- fuentes de energía : el gas y la nuclear. 

Cada vez más países del globo apuestan de lleno a grandes y ambiciosos proyectos para el desarrollo de las energías renovables con el fin de obtener energía eléctrica de una forma más respetuosa y sin contaminar el medio ambiente. Dinamarca, Noruega y Suecia, son algunos de los países que más dinero y esfuerzo invierten en esta dirección pero España, también se destaca en este nuevo escenario energético por estar haciendo muy bien su labor. En este país, en el ámbito urbano, es cada vez más común encontrar paneles solares fotovoltaicos en los techos de casas y de edificios y, en la carrera hacia las energías limpias, se estima hoy día, España ha logrado obtener más del 40% de la electricidad de fuentes renovables solares y eólicas. Y otro dato no menor, es que España también es uno de los países pioneros en la instalación de parques eólicos.

Actualmente, Bélgica, gracias a la financiación del Banco Europeo de Inversiones, se encuentra abocada a la construcción de una isla artificial que tendrá como fin la mejora de su infraestructura de energía limpia.Un proyecto ambicioso ,  a largo plazo, cuyo costo se estima rondará los 650 millones de euros . Bélgica, un país que no se destaca ni por su tamaño ni en población (11.754.000 habitantes aprox), si ha demostrado ser un país con un firme compromiso ambiental. Con importantes y reconocidas iniciativas verdes y sostenibles, la construcción de una isla artificial en el Mar del Norte para optimizar sus capacidades de energía renovable, promete ser un hito para el país y marcar un antes y un después en su matriz energética.

La isla artificial será bautizada “Princesa Isabel”

La isla artificial Princesa Isabel estará terminada para el año 2027, y contará con una capacidad de generación de 3,5 gigavatios de energía eólica marina con la que se alimentará gran parte de  la red eléctrica belga. La isla se extenderá  mar adentro a unos 45 kilómetros de la costa , donde tendrá una ubicación de privilegio para la generación eólica por la gran potencia de los vientos marinos de la región. Además, la isla podrá brindar energía a todo el continente gracias al uso de líneas de transmisión  de “interconexión híbrida” que serán el nexo de unión entre la isla y los países más cercanos.

Estas líneas de interconexión híbrida estarán conectadas en red con otros parques eólicos lo que hará que puedan ofrecer flujos de energía bidireccionales. La construcción de está  isla artificial no será una tarea sencilla : los cimientos estarán construidos en base a inmensos cajones de hormigón  que una  vez  colocados en el suelo marino serán rellenados de arena para sostener la estructura  superior de la isla.

En relación al impacto ambiental que la construcción acarreará, los expertos sostienen que, si bien este tipo de trabajo  donde las modificaciones  del entorno marino por la acción humana no son los más aconsejable para la vida marina, se prevé un fuerte plan para contrarrestar el impacto ecológico. La isla artificial, una vez finalizadas las obras, se convertirá en un foco de  promoción activa de la biodiversidad  marina. Con este proyecto imprescindible no solo se cuidará la salud integral del planeta en el largo plazo , sino que será el trampolín con el que  Bélgica espera alcanzar su meta de ser carbono  neutral para mediados de siglo. 

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