Chile avanza con pasos firmes en el segmento de la electromovilidad.

Greenpeace alienta a los países que se han propuesto metas ambiciosas de reconversión hacia modelos de producción, movilidad y consumo no contaminantes, limpios y sustentables. La electromovilidad va en concordancia con un proyecto global a nivel nacional de garantizar la salud ambiental y el bienestar ciudadano en Chile. 


La electromovilidad es el concepto que remite al uso de vehículos que utilizan la electricidad como principal fuente de energía para lograr un tráfico más sustentable. La movilidad eléctrica incluye, por ejemplo, coches eléctricos, bicicletas eléctricas, motocicletas eléctricas, autobuses eléctricos y camiones eléctricos.

Todos estos vehículos tienen una cosa en común: funcionan total o parcialmente con electricidad, tienen la capacidad de almacenar energía en el coche y obtienen la mayor parte de su energía de la red eléctrica. Los coches eléctricos son silenciosos, eficientes y de bajas emisiones y se han utilizado principalmente en las ciudades, donde son perfectos para los servicios de transporte, los taxis y la conducción.

Los vehículos híbridos combinan dos tipos de fuentes de energía: electricidad y combustibles fósiles. Por lo general, pueden cubrir distancias más cortas con su motor eléctrico, pero como tienen un motor de combustión interna, pueden cubrir fácilmente distancias más largas. Este tipo de vehículos pueden conectarse a una red eléctrica común, por ejemplo una red doméstica y también pueden utilizar electricidad renovable al conducir o frenar. Los híbridos se consideran una tecnología de transición hasta que los automóviles puedan funcionar exclusivamente con electricidad.

Una apuesta de lleno hacia un futuro sustentable 

Un oportuno viraje hacia la utilización de transportes eléctricos es hoy de crucial importancia.Las emisiones de gases nocivos en la atmósfera tienen un impacto realmente grande en el clima y en el medio ambiente: cada vez entra más dióxido de carbono a la atmósfera, lo que provoca el calentamiento de la Tierra. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el transporte representa el 23 por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono.

Los coches eléctricos, en cambio, no producen dióxido de carbono durante su conducción, a diferencia de los vehículos con motor de gasolina y diésel. Sin embargo, los coches eléctricos son neutros en CO2 en el sentido más amplio sólo si las baterías y la electricidad utilizada para impulsarlos se producen con energía renovable.

Los coches eléctricos han llegado para quedarse, simplemente porque son lo que hará viable en gran medida la vida del hombre en el futuro próximo, a medida que se vayan saneando el resto de los factores y recursos esenciales que están siendo hoy día gravemente afectados por la contaminación indiscriminada producto de la acción del hombre y que son igualmente importantes para su subsistencia. 

Las ventajas de los coches eléctricos es que claramente, son más respetuosos con el medio ambiente que los vehículos de gasolina. Las baterías se producen y cargan con energía renovable y las emisiones son igual a cero. Por otro lado, su durabilidad es superior , el desgaste de las piezas es significativamente menor que en los vehículos con motor de combustión interna.

Medidas gubernamentales como factor de impulso clave

Como se afirmó en la reunión de ministros de Chile en relación al avance concreto en  proyectos de energías no contaminantes, la electrificación de los vehículos “hace que el tráfico sea más eficiente energéticamente, reduce las emisiones de CO2 , mejora la calidad del aire local, y no es dependiente del petróleo de modo total para funcionar.

Además, el número de personas que viven en las  ciudades está aumentando: según el estudio de las Naciones Unidas en relación a las Perspectivas de Urbanización Mundial en 2050, aproximadamente el 70% de la población del planeta estará ubicada en áreas urbanas. 

Por otro lado, se estima que las reservas de petróleo conocidas hoy en el mundo, pueden durar apenas unos 50 años más , si se mantienen los niveles actuales de consumo. Muchos gobiernos  han comenzado a ofrecer incentivos para la compra de coches eléctricos para crear modos alternativos de transporte vehicular. Noruega, por ejemplo, está liderando el cambio en este sentido dentro del concierto de los países de Europa.

En lo que se refiera a Chile, se ha propuesto una Estrategia Nacional de Transporte Eléctrico, que establece objetivos similares a los de la iniciativa de neutralidad climática de la ONU, uno de los cuales es garantizar que todo el transporte público sea eléctrico y que haya al menos el 40 % de los coches particulares en circulación sean eléctricos en los próximos 10 años .

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