Los cambios en la matriz energética chilena han hecho posible a lo largo de los últimos diez años, un crecimiento en gran escala de la participación de las energías renovables . Sin embargo, Chile busca estar a la vanguardia y para ello ha reforzado su plan de acción de cara al 2050. Su meta es liderar la transición en la región del Cono Sur.
La transición energética juega un papel fundamental para lograr la neutralidad de carbono para el año 2050. Para cumplir con este compromiso con el planeta, Chile se compromete a desarrollar un sector energético seguro, de alta calidad, confiable, eficiente y compatible con las necesidades del medio ambiente.
Sus compromisos como país fuerte y deseoso de crecer en materia de energías renovables, están orientados a mejorar el marco regulatorio con el fin de apoyar un desarrollo aceitado de la política energética. Además se buscará incrementar la participación de las energías renovables en la matriz energética, fortalecer tecnologías innovadoras basadas en energías limpias e impulsar la descarbonización de la economía; todo ello a un ritmo veloz en procesos conjuntos que buscarán integrar la participación ciudadana.
En 2018, el gobierno lanzó una hoja de ruta en materia energética enfocada en la modernización de las regulaciones y políticas para el sector, que incluye la promoción de energías renovables no convencionales, la promoción de tecnologías innovadoras basadas en energías limpias , el transporte eficiente y la cooperación activa de la ciudadanía.
Desarrollo de energías renovables de modo integral y eficiente
Para este fin, se desarrollaron varias líneas de acción como: (1) la actualización de la ley de generación distribuida, que permitió a los usuarios generar hasta 300kW para autoabastecer su consumo y además habilita a inyectar los excedentes a las redes eléctricas (2) la actualización del esquema conocido como Contribución Determinada Nacionalmente , y (3) la creación de un proyecto nacional e integral de electromovilidad.
El impacto de estas nuevas medidas no tardaron en reflejarse en la realidad de modo de traducirse en hechos concretos en un aumento de la capacidad instalada de: energía eólica y solar que pasó de 0,6 % al 21, 5% en la última década.
En lo que respecta a la generación solar distribuida, su capacidad se multiplicó cuatro veces entre el 2018 y el 2020. Y como dato global , durante 2019 el total de energías renovables alcanzó un 44% de participación en la matriz energética de Chile.entre 2018 y 2020; y generación de energía renovable total, que alcanzó un 44%
Aún quedan desafíos para sortear de cara a un futuro sustentable
Las conquistas de Chile en materia energética en los últimos años demuestran su claro compromiso para liderar un proceso de transición energética para poder contar así con una matriz limpia, sostenible y descarbonizada. Pero el sector tiene aún que superar tres desafíos:
1- Debe desarrollar un marco regulatorio y una política energética de largo plazo para modernizar el sector y garantizar servicios eléctricos asequibles a través de la generación de electricidad limpia (reemplazando combustibles contaminantes como la leña).
2- Se debe conseguir la descarbonización de la matriz energética para lograr la neutralidad de emisiones de carbono, en condiciones justas para los trabajadores afectados. Esto implica abordar cuestiones sensibles relacionadas principalmente con el desmantelamiento de las centrales eléctricas a carbón y el aumento de la flexibilidad de la red para incorporar más energías renovables y permitir que la electricidad funcione con normalidad.
3- Se debe implementar un marco regulatorio que promueva y facilite la innovación (créditos financieros) y las nuevas tecnologías, en especial para el despegue de los vehículos eléctricos y el hidrógeno verde en Chile, lo cual es factible por su enorme potencial renovable de energía solar y eólica.
La financiación económica como pilar del desarrollo sustentable
Para apoyar la superación de estos desafíos y acelerar la transición energética, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo de $300 millones. Este es el segundo de una serie de planes aprobados en 2021 para complementar las reformas iniciadas en el primer plan y continuar construyendo sobre los avances realizados por el gobierno de Chile en la mejora del marco regulatorio para el sector energético; mejorando la regulación de la circulación mercado y fomentando la participación ciudadana en el uso de energías limpias.
Para el abordaje del desafío de desmantelación de empresas relacionadas con la energía cuya base es el carbón, entre las medidas de acción se destaca el plan de retiro voluntario del personal de las 4 centrales térmicas de carbón y el anuncio de una estrategia de transición justa para acompañar el proceso de cierre y nuevos usos de estas centrales.
La propuesta está centrada en las personas y adopta acciones y medidas afirmativas,equitativas, participativas, inclusivas y sostenibles para promover la creación de empleo, mejorar la calidad de vida de las personas y salvaguardar los derechos de los grupos más vulnerables y afectados.
Todo este conjunto de políticas contiene una agenda ambiciosa, aprobando los principales pasos que debe cumplimentar Chile para convertirse en carbono neutral en 2050 y alcanzar el 70 por ciento de energía renovable dentro de la composición de su matriz energética, en línea con el Acuerdo de París. Con este plan de acción , se abre un camino de desarrollo sostenible en materia energética capaz de sustentar la vida de las personas y la economía creciente de Chile.