Chile: pionero en América Latina en la descarbonización del transporte.

Greenpeace destaca la labor de los países latinoamericanos que han decidido ir a fondo con los cambios necesarios para descarbonizar su economía. Hoy, en este escenario se destaca Chile, país que ha hecho grandes avances en el sector de la movilidad eléctrica. Esfuerzos que están en concordancia con el cuidado ambiental y la salud de sus ciudadanos. Un ejemplo a imitar en la región.

La electromovilidad, es un concepto amplio que se refiere al uso de vehículos que utilizan a la electricidad como principal fuente impulsora de su movimiento. Un concepto que, en la práctica, ha llevado al diseño de modelos de todo tipo de vehículos para lograr la meta de avanzar a nivel global, hacia una movilidad o tráfico limpio y más sustentable. 

Si bien, este camino recién ha comenzado a ser transitado, algunos países como Chile, han puesto más voluntad y empeño en adaptarse e innovar en este sentido. La meta de Chile, es realizar lo antes posible los cambios trascendentales que son necesarios realizar en el segmento automotriz, para estar en la vanguardia e ir resolviendo los desafíos que se planteen sobre la marcha, y de este modo, lograr el objetivo de la descarbonización del transporte en el ámbito nacional.

Una apuesta total hacia la descarbonización 

Chile, entendió antes que otros países de América Latina que es esencial realizar un viraje hacia la utilización de transportes impulsados con electricidad, en detrimento de los impulsado con energías fósiles como el carbón y el gas .

Las emisiones nocivas de gases con efecto invernadero están llevando a la tierra al colapso . Su impacto negativo altera en enorme magnitud el medioambiente: cada vez es emitido más cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que incide en una seria agudización del calentamiento del Planeta. 

Según informa el Panel Intergubernamental que monitorea el Cambio Climático (IPCC), el sector del transporte, en la actualidad, representa el 23 por ciento de las emisiones totales globales de CO2. Los vehículos eléctricos, por el contrario, no producen CO2 mientras son conducidos, diferencia ecológica y ambiental crucial que los pone en las antípodas de los vehículos con motores diésel o nafteros. Por ello, la electromovilidad para muchos, es una apuesta al futuro y ha llegado para quedarse, simplemente porque son lo que hará posible en el futuro próximo,la necesaria reducción de los gases responsables de causar el efecto invernadero.

A medida que se vayan desarrollando estaciones de recarga eléctrica, (como las actuales estaciones de servicio de gasolina) a lo largo de las rutas nacionales será más fácil que la industria del transporte y los particulares, se sumen con más prontitud a esta revolución limpia. Las baterías que impulsan a los vehículos eléctricos se producen y cargan con energía de corte renovable y las emisiones nocivas de estos dos procesos son igual a cero. Por otro lado, la durabilidad de las baterías es muy superior y el desgaste de las piezas es significativamente menor que el que tienen lugar en los vehículos de motor de combustión interna.

El Estado como factor clave en el impulso de la electromovilidad 

Como se afirmó en el parlamento chileno a mediados de año, hoy, existe en el país la firme decisión de avanzar en más y nuevos proyectos con base en energías no contaminantes, para sostener de modo integral la electrificación de los vehículos en Chile. Según la voz de los legisladores, la electromovilidad “promueve a que el tráfico vehicular sea más eficiente a nivel ecológico, ya que reduce las emisiones de dióxido de carbono , mejora la calidad del aire a nivel local gracias a no depender de fuentes fósiles.

Además, a nivel social, el impacto de la electromovilidad es del todo positivo y alentador. Según informa Naciones Unidas, el número de personas que viven en las ciudades va en aumento progresivo en una curva que no se detiene, sino que por el contrario, se avizora en continuo ascenso. Según afirman expertos, para el 2050, casi el 70% de la población del mundial estará situada en áreas urbanas, por lo que se hace cada vez más crucial, el garantizar la calidad del aire que se respira en las grandes urbes, de modo de mitigar los efectos nocivos para la salud de respirar gases contaminantes presentes en el aire urbano. 

En lo que a Chile respecta,para cumplir el ambicioso objetivo de la descarbonización del transporte a nivel nacional, el país se ha alineado mediante el diseño de una Estrategia Nacional de Transporte Eléctrico, a los objetivos que establece la Iniciativa de Neutralidad Climática de la ONU. En ella, la ONU busca impulsar medidas globales para garantizar que todo el transporte público en el mundo sea eléctrico y que, al menos el 40 % de los coches de particulares en circulación , sean completamente eléctricos en el corto plazo, lo que implica pensar en un margen de 10 años a futuro. Un plazo que Chile tiene en mente para finalizar el camino de saneamiento ambiental que ha emprendido con fuerza y vigor. 

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