China es líder mundial en el campo del desarrollo de baterías para vehículos eléctrico

El CEO de Ford afirma que en la actualidad, China lleva la delantera absoluta en el segmento de la fabricación de baterías para autos eléctricos.Esto plantea un reto para Occidente, que deberá contar con sus patentes para poder competir mano a mano con el gigante asiátiaco.

La industria de los automóviles eléctricos se ha convertido en el motor de la transformación energética y ecológica a nivel mundial. En este escenario, China se ha consolidado como país líder en el desarrollo y producción de baterías para ser utilizados en estos vehículos, mostrando una clara ventaja frente a las compañías occidentales, según admitió Jim Farley, el CEO de Ford.

La amplia ventaja que posee China en el campo de las baterías para VE se debe a su dominio de la química LFP (litio-ferrofosfato). Esta tecnología, inicialmente desarrollada en los Estados Unidos, pero que más tarde terminó siendo perfeccionada y capitalizada por firmas chinas como CATL, ha sido el disparador del desarrollo chino gracias al cual le lleva al menos 10 años de ventaja a sus competidores occidentales. Esta química tiene la particularidad de ser más económica, segura y tiene una mayor vida útil que otras alternativas tal como las baterías de níquel- cobalto-manganeso- (NMC), además de hacer uso de materias primas más abundantes y más baratas.

La historia de la química LFP es un ejemplo que deja bien en claro cómo la falta de visión a largo plazo puede dejar en el camino a los competidores por un segmento clave de mercado. Los investigadores de la Universidad de Texas fueron los pioneros en el desarrollo de esta tecnología, la cual, fue luego comercializada por la startup A123 Systems, gracias a que contó con la ayuda financiera del gobierno estadounidense. Sin embargo, tras el fracaso comercial que debió atravesar A123, su propiedad intelectual fue vendida a una empresa china, lo que permitió al gigante asiático tomar la delantera absoluta de la producción de baterías LFP.

Un desafío en puerta para las automotrices de Occidente

Ante esta dura realidad , Ford y otras marcas tradicionales como Tesla y General Motors han buscado cerrar acuerdos con CATL para fabricar baterías LFP en Norteamérica. Sin embargo, estas alianzas fueron el disparador de un sin fin de controversias políticas en Estados Unidos, dado que algunos sectores ven el alto riesgo que implica depender de un competidor geopolítico.

La dependencia tecnológica que tiene Occidente con respecto a China no solo abarca una cuestión económica, sino también en lo ecológico y estratégico . El control que ejerce China sobre el 83 % de la producción global de baterías le concede una influencia decisiva sobre el futuro y el rumbo del desarrollo del transporte eléctrico. Además, el gigante asiático domina también toda la cadena de suministro de materias primas primordiales como el cobalto, el litio y el grafito, insumos clave para la fabricación de baterías.

Para poder reducir esta dependencia, las automotrices de Occidente deben apostar fuertemente por la innovación en nuevas tecnologías de baterías, tal como son las baterías de estado sólido, que auguran una mayor densidad energética, tiempos de carga más eficientes y una mayor seguridad en cuanto a riesgos de incendio. Asimismo, es clave propiciar el reciclaje adecuado de baterías y el desarrollo de sistemas bajo el concepto de economía circular, dado que permiten recuperar gran cantidad de materiales críticos y reducir el alto impacto ambiental.

Empresas que son ejemplo de sostenibilidad e innovación

Un ejemplo notable es la empresa Northvolt de Suecia, que se enfoca en la producción de baterías a partir de materiales reciclados, y cuyo objetivo es que el 50 % de sus materias primas provengan de buenas prácticas de reciclaje para 2030. Proyectos similares deben ser promovidos a nivel mundial para garantizar un futuro sostenible en el campo de la movilidad eléctrica.

La transición hacia la movilidad eléctrica es vital para frenar el cambio climático y reducir las emisiones de gases con efecto invernadero en la atmósfera. Sin embargo, el liderazgo global de China en la fabricación de baterías representa un gran desafío para Occidente, que debe redoblar su apuesta en el campo de la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías propias y del factor clave de la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor. Solo de este modo, el mundo puede garantizar que el futuro de la movilidad eléctrica sea eficiente, justo y respetuoso con el medio ambiente.

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