Fue diseñado por científicos del CONICET y se encuentra funcionando en el barrio de Belgrano. Se alimenta de microalgas y es un éxito a la hora de reducir las emisiones tóxicas de CO2 presentes en el aire.
En la esquina porteña de Avenida del Libertador y Juramento en pleno barrio de Belgrano, funciona una estación de servicio Shell. Allí ,se alza un gran tótem de dos metros y medio de altura que contiene el primer dispositivo que barre el CO2 de la atmósfera. Se llama Y-Algae , es un invento argentino y al momento , un éxito.
Si uno se acerca a la gran estructura metálica puede observar que está lleno de unos organismos muy pequeños. Son microalgas, el combustible de este reactor verde cuyo objetivo es aportar una solución tecnológica eficaz para la descarbonización del aire en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires.
El dispositivo Y-Algae fue patrocinado por YPF, la petrolera estatal junto al Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Biotecnología de Mar del Plata (INBIOTEC-CONICET) y la empresa de investigación energética (también del estado) Y-TEC, con el fin de ser empleado en entornos urbanos donde se da una alta contaminación por CO2 y se dificulta plantar árboles por las características del entorno. Este desarrollo innovador, opera en base a la capacidad natural que poseen las algas para capturar gases contaminantes , como el CO2 y generar oxígeno .
Cómo funciona el reactor verde
El dispositivo denominado Y-ALGAE funciona de manera simple: tiene la capacidad de absorber el CO2, un gas nocivo para la salud y responsable del efecto invernadero que provoca el calentamiento global y transformarlo en oxígeno. El proceso se origina con el uso de microalgas nativas del sudeste bonaerense, que realizan su proceso de fotosíntesis con la luz del sol. En la parte superior del reactor que es transparente, se cultivan las algas. En el sector inferior, que no está a la vista del público, se recolecta la biomasa.
Mediante este proceso, las algas van aumentando y cada vez que se produce un kilo de algas se eliminan 1,8 kilogramos de CO2 del aire. Además, posee una característica sustentable y es que emplea el agua de lluvia recolectada desde los techos de la estación de servicio . Una vez que el dispositivo ha sido sembrado con los pequeños organismos y luego de su posterior crecimiento , las células se separan y la mayor parte del agua se puede emplear para riego o se puede reciclar para comenzar un nuevo ciclo de cultivo.
La biomasa que se decanta en el proceso y luego es colectada, se aprovecha como fertilizante potenciado para plantas ornamentales en el mismo espacio.
Las algas, una solución exitosa para la combatir la contaminación
Los organismos acuáticos son estudiados desde hace casi 50 años como una estrategia complementaria y efectiva para capturar carbono. En los últimos veinte años , esta tecnología fue tomando relevancia en Estados Unidos y en algunos países europeos. Y-ALGAE es el primer proyecto argentino, inspirado en un diseño desarrollado en España. “Por el año 2009, luego de mi regreso de Estados Unidos, comencé a investigar a las algas nativas del sudeste bonaerense. Durante más de diez años de arduo trabajo, aislamos unas 60 cepas para experimentar. Estas tenían las características que las hacían adecuadas para aplicarse en desarrollos tecnológicos”, relata Leonardo Curatti, investigador del CONICET en INBIOTEC.
“Los biólogos somos creativos, oportunistas. Cuando vemos agua verde ― un proceso que se denomina eutroficación— tomamos muestras enseguida porque sabemos que allí seguro, hay algo interesante para nosotros. En general son organismos que crecen y se desarrollan sin demasiados requerimientos, son sencillos y productivos. Luego, nosotros, tratamos de reproducir en el ámbito del laboratorio el proceso que se da naturalmente en la naturaleza y buscar en qué aplicaciones concretas pueden ser empleados”, explica Curatti.
“Puntualmente, el alga base del reactor Y -Algae, se encontró en una pileta que estaba en desuso porque era invierno. Estudiamos sus características particulares y comprobamos que podía capturar de modo exitoso gases de la atmósfera y que desarrollaba su ciclo con mucha facilidad” resaltó el investigador.
Imitando lo que existe : como una pecera de hogar
A grandes rasgos, el reactor verde Y- Algae puede compararse con una gran pecera, pero mucho más sofisticada. Cada una de sus dimensiones fue pensada para optimizar la circulación de los fluidos y el intercambio de gases. También para minimizar el consumo energético y maximizar el paso de luz, que impulsa el proceso central de la fotosíntesis. Con esa energía, las algas captan el dióxido de carbono del aire y lo transforman en células.
La biomasa de algas que se recolecta en el recipiente ubicado en la parte inferior del reactor funciona como indicador de cuánta cantidad de CO2 se está capturando “Son dispositivos simples de altísima eficiencia” remarca el investigador del CONICET acerca de su desarrollo. “Esperamos ser ejemplo para otros modelos similares y que se replique nuestra iniciativa en todo el planeta y para bien del planeta” , cerró el científico.