El cambio climático comienza a mostrar cada vez más fuerte sus consecuencias. Según expertos, se espera que Argentina experimente en el futuro temperaturas extremas y de larga duración que provocarán olas de frío y calor severas y continuas.
Hoy día , se conoce que las ciudades actúan como islas de calor debido a su particular infraestructura urbana que impide la circulación del aire y cambia las propiedades térmicas y reflectantes. Esto hace que se acumule más calor y evita que se evapore. La situación se ve agravada por la falta de áreas verdes, la gran cantidad de habitantes y las actividades humanas relacionadas con la contaminación del aire y la emisión de gases de efecto invernadero.
En verano, las altas temperaturas y las actuales olas de calor que se vienen experimentando en la ciudad, aumentan el consumo energético de los acondicionadores de aire. Esto ejerce una saturación de la capacidad de generación energética que se ve a menudo colapsada.
Esta situación crea a la vez un círculo vicioso, ya que los sistemas climáticos también cooperan a que se produzcan temperaturas más altas y con ello , un mayor consumo de energía lo que deriva en grandes impactos ambientales como consecuencia.
Hacia nuevas adaptaciones individuales y sociales
Estos cambios requieren una urgente adaptación tanto individual como social. Se deben encontrar caminos de resolución positiva de situaciones que se reiteran cada verano. Pero, ¿cuáles son las opciones individuales para adaptarse a estos cambios e implementar medidas más sostenibles? Una opción muy recomendable son los paneles solares. Este sistema consiste en grupos de celdas o celdas solares que transforman la luz (fotones) en energía eléctrica (electrones).
Los paneles solares se pueden instalar con o sin baterías, como ahorro de costos o independientemente de la red pública. Las baterías permiten utilizar la energía almacenada cuando el sol no brilla. Si no hay batería, entonces se necesita otra fuente de energía para esos momentos en los que no se puede utilizar la energía solar.
El requisito para que los hogares emprendan esta transformación es iniciar un proceso de generación distribuida al pasar de usuario a generador. También es necesario cambiar los medidores para reducir el consumo no utilizado debido a los paneles solares.
La utilización de la energía térmica en ámbitos urbanos
Otra opción es el aprovechamiento del calor solar o la energía solar térmica. Se trata de colectores planos o tubos oscuros que recogen el calor solar para calentar agua para consumo o ducha, cocina, calefacción o incluso refrigeración. Todo sistema solar térmico consta de dos partes importantes: el colector y el acumulador.
Algunos de estos sistemas requieren una bomba para transferir el calor del colector al tanque de almacenamiento, mientras que otros no. Estos últimos son más económicos y se utilizan en lugares donde no hay peligro de heladas. Los colectores tienen diferentes tamaños y características dependiendo del uso al que se destine.
Un excelente ejemplo del aprovechamiento de la energía térmica son las calderas solares fabricadas con materiales reciclables y reciclables. Aquí , dejamos una gran propuesta del sitio Sumando Energías para quienes quieran consultar para construir calderas y duchas y promover el reciclaje de elementos no degradables. Te invitamos a visitar su sitio web: https://www.sumandoenergias.org/
Aspectos positivos y aristas “negativas”
En definitiva, se puede decir que las desventajas de las energías renovables son la interrupción de la producción eléctrica; los paneles requieren grandes inversiones iniciales; tiene una vida útil de 10 a 20 años y muchas partes del tablero son reutilizables y no contaminantes. Y, en caso de existir fallas técnicas, las reparaciones son costosas.
Pero, los beneficios de estos sistemas son mucho mayores y por demás necesarios de realizar para cuidar el medioambiente. Constituyen un recurso inagotable, infinito y no producen gases contaminantes causantes del temido efecto invernadero.
Además, entre los beneficios, hay que destacar que reducen las consecuencias negativas asociadas, como las enfermedades causadas por la contaminación, la necesidad de que las industrias extractivas eviten el uso de combustibles fósiles, la pérdida de biodiversidad y de servicios ecosistémicos.
A nivel individual, la ventaja es que no hay cortes de energía en los momentos de alta demanda y se reducen los costos del servicio. Hoy día, se hace evidente que el uso y la producción de energía tienen un gran impacto en el clima, y los efectos ya no pueden ignorarse. La transición energética también es una responsabilidad individual, y los hábitos de hoy determinan el presente y el futuro de nuestro planeta.