El equipo experto de la Agencia Internacional de Energía (IEA) publicó su resumen anual en relación al escenario energético mundial y el rol del petróleo y el gas en el camino hacia la meta de Cero Emisiones Globales.
Para los expertos de la IEA, las transiciones globales hacia emisiones netas cero requieren -dado el escenario climático actual de franco deterioro ambiental- una enorme aceleración en la implementación de tecnologías de energía limpia y reducciones más aceleradas en lo que respecta a el uso de petróleo y gas. En el Escenario de Compromisos Anunciados (APS), se estima que la demanda de gas y petróleo decrecerá un 2% en promedio cada año hasta 2050 (a 2400 bcm y 55 mb/d) y en el Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050 (NZE) se calcula que disminuirá más de un 5% promedio cada año hasta 2050 (a 920 bcm y 24 mb/d).
En datos concretos, la situación se traduce en que durante 2022, se consumieron en el mundo alrededor de 4 150 bcm de gas natural y 97 mb/d de petróleo, lo que dio como resultado poco más de 18 Gt de emisiones de carbono. Este valor, expresado en gigatoneladas, es alrededor de la mitad de las emisiones totales de CO2 relacionadas con la energía . El impulso reciente que todos los gobiernos están realizando para la implementación de tecnologías de energía más limpia o renovable significa que la demanda de gas y petróleo alcanzará su pico más alto antes de 2030 en el Escenario de Políticas Declaradas (STEPS). Sin embargo, los expertos señalan que las disminuciones después de estos picos no serán lo suficientemente pronunciadas como para alcanzar las metas climáticas mundiales.
Por lo general, la atención sobre la industria del gas y el petróleo suele darse en torno a las grandes compañías internacionales de gas y petróleo (las “majors”), pero éstas tienen menos del 13% en la participación en la producción y las reservas globales de gas y petróleo. En comparación, las compañías petroleras nacionales tienen alrededor de más de la mitad de la producción y casi el 60% de las reservas.
El comercio y la reconversión de la producción petroquímica
En este marco, el sector petrolero que se ocupa de la refinación está disminuyendo su producción de productos tradicionales como el diésel y la gasolina, y se está enfocando más en las materias primas petroquímicas y productos como el betún y el asfalto. El comercio internacional de gas natural licuado (GNL) presenta a su vez, un fuerte crecimiento en el corto plazo, pero el comercio alcanzará su pico máximo, según los expertos de la IEA en el APS antes de 2035. En lo relativo a la utilización de las terminales de exportación se cree que el flujo disminuirá y en el escenario de cero emisiones netas, la demanda de GNL podrá ser abastecida en su totalidad con las plantas que ya se encuentran en funcionamiento.
En el escenario NZE y APS, la inversión en activos de gas y petróleo existentes continúa, pero sus resultados son muy diferentes a la hora de los desarrollos de nuevos proyectos. En lo que respecta al escenario APS, se necesitan nuevos proyectos de gas y petróleo, aunque desde una mirada global no habría necesidad de realizar más exploración de petróleo y gas. Para el escenario NZE, vemos que la caída de la demanda significa en concreto , que no se aprueban nuevos desarrollos y proyectos de gas y petróleo convencionales que tengan un largo plazo de ejecución y, después del 2030, varios proyectos se cierran antes de que se cumpla su vida útil técnica.
Muchos productores de gas y petróleo han explicado al mundo por qué consideran que sus recursos deberían ser los elegidos para el desarrollo de las sendas hacia las transiciones a emisiones netas cero. Algunos sostienen que tienen las intensidades de emisiones o los costos de producción más bajos. Por otro lado, se encuentran los que afirman que son una mejor opción para la seguridad energética; y algunos piensan que se necesitan nuevos proyectos de desarrollo de gas y petróleo para mejorar el bienestar. En el entorno de demanda del Escenario de Emisiones Neta Cero (NZE), cualquier nuevo proyecto para el desarrollo de recursos de gas y petróleo tendría que ir a la par de reducciones de producción en otros lugares para evitar el exceso de oferta y consiguiente bloqueo de los combustibles fósiles.
A modo de cierre
Como consideración final, los expertos de la IEA sostienen que tanto la inversión excesiva como la que es insuficiente en materia de combustibles fósiles, conlleva riesgos para una transición asequible y segura . Por ello, es crucial fijar un orden secuencial entre la disminución de la inversión en gas y petróleo, y el aumento de la inversión en energía más limpia o renovable para evitar las subidas de precios perjudiciales o los excesos de oferta. En la actualidad, los riesgos parecen inclinarse más hacia el lado de la sobreinversión que hacia el escenario contrario, según el análisis del equipo de la AIE, en relación al rol del gas y del petróleo en el camino hacia la fuentes energéticas más limpias.