Las energías limpias, un camino seguro hacia un futuro viable.

Las energías renovables son la clave para mantener las temperaturas en niveles aceptables dentro de los parámetros considerados seguros para evitar el colapso ambiental. Esto se logrará ,indefectiblemente, con la reducción de las emisiones de CO2 a niveles 0, con fecha tope para mediados de siglo. 

La conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, COP 28 celebrada en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) en 2023, dejó a muchos con una sensación indefinible, cercana al desasosiego. Los líderes de las naciones presentes allí, expresaron su compromiso con el cumplimiento de la meta fijada para conservar la vida en el planeta: reducir las emisiones a cero para mediados de siglo. Sin embargo, la pregunta que ha quedado flotando en el aire es como se hará realidad esta meta común. 

Cuando los representantes de casi 200 naciones se reunieron en Dubai, el panorama climático mundial ponía en evidencia una preocupante realidad, mostrando que las emisiones de CO2 ya eran un 50% mayores que en 1995. 

El aumento de las emisiones de CO2 de continuar al ritmo actual, harían que se cruce la barrera necesaria para que la temperatura global no alcance más de 1.5°C sobre el nivel preindustrial en apenas 10 años y con ello ponga a la Tierra a un paso del colapso. 

Un planeta que clama por sanar

La Tierra está experimentando agudos cambios climáticos que amenazan con una batería de calamidades que se cree irán en aumento: inundaciones, tormentas tropicales, incendios, sequías, aumento del nivel del mar y deterioro de la producción de alimentos. Mantener las temperaturas en niveles óptimos de seguridad exige de modo urgente reducir las emisiones de carbono a casi cero de aquí a mediados de siglo, comenzado hoy, sin dilaciones esta reducción.

Llevar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del sector energético mundial a cero neto y poner freno al calentamiento global a 1,5 °C será posible gracias a las tecnologías de energía limpia, aunque el impulso debe darse de modo veloz, según indica la nueva edición de la ”Hoja de Ruta de Cero Neto Emisiones” de la Agencia Internacional de Energía. En la trayectoria hacia la meta de cero emisiones netas, la capacidad mundial de energía renovable debería ser triplicada de cara al 2030, detalla la Hoja de Ruta .

Pero no todo son malas noticias, la buena , es que hoy, las naciones de la mano de los expertos y científicos saben lo que hay que hacer y cómo hacerlo. En la Hoja de Ruta se esboza un camino para lograr las cero emisiones netas para el sector energético global para el año 2050, pero al mismo tiempo, se enfatiza la necesidad de fomentar una transición que sea equitativa y que tenga en cuenta los diferentes escenarios y circunstancias particulares de cada nación. Por ejemplo, las economías más desarrolladas deberían alcanzar antes la meta de cero neto para que las economías en desarrollo y emergentes dispongan de más tiempo.

Objetivos concretos a lograr para conservar el planeta

La demanda de combustibles fósiles debe ser reducida para el 2050 nada menos que un 80%. Propiciar el crecimiento de la inversión en energías renovables, limpias y la reducción de la inversión en el suministro de combustibles fósiles es de crucial importancia si se quieren evitar peligrosos aumentos en la contaminación de la atmósfera por gases de efecto invernadero. 

La Agencia Internacional de Energía (IEA) resalta la importancia para alcanzar las metas globales, de contar con una cooperación internacional más estrecha que la que se evidencia en la actualidad. Advierte de modo fehaciente, que si no se aumenta la acción en este sentido, de aquí a 2030 se abrirán las puertas a una serie de riesgos climáticos adicionales que condicionarán la consecución del objetivo de no superar los 1,5 °C en los próximos 10 años. 

En un caso de acción tardía, indican los expertos , es decir si no se expande la energía limpia para 2030 de modo suficientemente rápido , se tendría que eliminar CO2 de la atmósfera cada año durante la segunda mitad de este siglo. Si las tecnologías de eliminación de dióxido de carbono no logran resultados efectivos a gran escala, no será posible evitar la aceleración del cambio climático y sus graves consecuencias para el planeta , sus especies y la vida humana. 

El costo mundial de no reducir de modo drástico las emisiones que hoy contaminan la atmósfera supera ampliamente el costo de actuar sin demoras, porque el cambio climático de no ser frenado, sin lugar a dudas traerá muy altos costos a toda la humanidad. 

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