Texas sustituye con energía solar una de sus centrales de carbón más contaminantes

La planta de carbón de San Miguel, Texas, EEUU era una de las más contaminantes del Estado, que presentaba niveles de toxicidad en aguas subterráneas, unas 360 veces superiores al límite permitido.

El declive del uso del carbón para la generación eléctrica en Texas constituye un paso en dirección hacia un futuro sostenible. La transición energética es hoy una realidad en Texas, donde las fuentes renovables , como la solar, han reemplazado al carbón como principal generador de energía eléctrica. Hace 20 años atrás, el carbón, fue el mineral que ejerció un señorío absoluto sobre el escenario energético del Texas, pero su participación, gracias a los nuevos desarrollos renovables ha decrecido de modo significativo. De hecho, el cierre total y progresivo de las plantas de carbón, como la del estado de San Miguel , Texas, es un claro ejemplo de esta importante transformación.

La planta de carbón gestionada por la San Miguel Electric Cooperative Inc, Texas, ha sido según los registros históricos, una de las más tóxicas y contaminantes de los Estados Unidos. Desde su apertura en 1982, ha producido electricidad a partir del lignito, un tipo de carbón conocido por sus altas emisiones de gases contaminantes. Además, ha sido causa grave de contaminación del agua de las napas subterráneas del estado de Texas que presentaron desde entonces, niveles alarmantes de metales como el cobalto, arsénico y cadmio. Según un informe revelador de la ONG Earthjustice de 2022,la concentración de cobalto presente en las aguas subterráneas  fue en 2024, 360 veces el estándar permitido.

Gracias a una importante ayuda del Estado de unos 1.400 M. de dólares a través del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, la central de carbón será transformada en un complejo de generación eléctrica de energía solar y de almacenamiento en baterías. Este cambio no solo logrará reducir de modo drástico las emisiones de gases contaminantes, sino que además, propiciará el aumento de la capacidad de generación que irá de 410 MW a 600 MW, marcando un incremento del 46%.

Beneficios ambientales y económicos

El proyecto de reconversión de la ex planta de carbón traerá consigo múltiples e importantes beneficios a saber: 

  • Reducción de las emisiones contaminantes: Se evitará que lleguen a la atmósfera unos 1,8 millones de toneladas de emisiones de gases con efecto invernadero de modo anual. Una acción equivalente a retirar cerca de 445.000 coches de circulación.
  • Creación de nuevas fuentes de empleo: Gracias a la puesta en marcha de la nueva planta solar, se generarán aproximadamente 600 nuevos puestos de trabajo, contribuyendo en gran medida al desarrollo económico de toda la región.
  • Una mayor eficiencia energética: Las baterías son un medio excelente que permitirá el almacenaje de los excedentes de energía solar para luego poder suministrar al sistema de red eléctrico incluso en las horas cuando la luz solar es débil o es de noche, mejorando en ello la resiliencia de la red.

Texas, estado líder en energías renovables

Texas es en el momento, líder absoluto en generación eólica de los Estados Unidos,país donde la energía solar está en pleno desarrollo y ganando terreno de modo veloz. Según estudios recientes de la IEA, las fuentes renovables, que incluyen la energía eólica, solar y el almacenamiento en baterías, se estima superarán al gas natural como fuente principal de generación de electricidad en el país en el próximo período que va de tres a cuatro años.

La transición energética iniciada en la planta de San Miguel es un microcosmos, una muestra de un cambio mayor que está teniendo lugar en Texas y en el globo. Este movimiento de viraje hacia fuentes de energía más limpias no solo responde a la urgente necesidad de frenar el cambio climático, sino también para propiciar la viabilidad en el plano económico de las renovables.

El cierre de esta planta de carbón en Texas y su auspiciosa transformación en un centro de energía solar y de almacenamiento, no solo marca el fin de una era , sino también una vuelta de página en la historia energética del Estado. Un capítulo donde las energías limpias serán las protagonistas indiscutidas y el desarrollo sostenible, la prioridad en la gestión de los recursos.

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